Comentario al Nuevo Testamento - Los días de los credos

También se pretende que en estas cartas podemos ver surgir el tiempo de los credos. La palabra fe, cambia de significado: en los primeros días era siempre fe en una Persona; es la relación personal de amor y confianza y obediencia más íntima posible con Jesucristo. Más adelante llegó a ser fe en un credo; llegó a ser la aceptación de ciertas doctrinas. Se dice que en las Epístolas Pastorales podemos ver cómo se produjo ese cambio. Posteriormente se llegó a abandonar la fe, y a rendir pleitesía a doctrinas de demonios (1 Timoteo1Co_4:1 ). Un buen siervo de Jesucristo debe nutrirse de las palabras de la fe y la buena doctrina ( 1 Timoteo_4:6 ). Los herejes son personas que tienen la mente corrompida, réprobos en lo tocante a la fe ( 2 Timoteo_3:8 ). Titous tiene la obligación de exhortar a los miembros para que sean sanos en la fe ( Tito_1:13 ).
Esto aparece muy claramente en una expresión que es característica de las Pastorales. Se exhorta a Timoteo a retener «la verdad que se te ha confiado» (1 Timoteó 1:14). La palabra para lo que se te ha confiado es parathéké. Parathéké quiere decir un depósito que se le confía a un banquero o a otra persona para que lo conserve a salvo. Es esencialmente algo que hay que devolver sin que haya sufrido el más mínimo cambio. Es decir, se hace hincapié en la ortodoxia. En vez de ser una relación personal íntima con Jesucristo como era en los días emocionantes y palpitantes de la Iglesia Original, le fe se ha convertido en la aceptación de un credo. Hasta se mantiene que en las Pastorales tenemos ecos de los credos más antiguos:

Dios Se ha manifestado en la carne,

sido justificado por el Espíritu,

sido visto por los mensajeros,

sido predicado a los gentiles,

sido creído en el mundo,

sido recibido arriba en la gloria ( 1 Timoteo_3:16 ).

Esto suena al fragmento de un credo que se recita.

Acuérdate de Jesucristo, descendiente de David, resucitado de los muertos, como se predica en mi Evangelio (2 Timoteo 1Co_2:8 ).

Eso suena a una frase de un credo conocido.

Dentro de las Pastorales hay sin duda indicios de que el día de la insistencia en la aceptación de un credo había comenzado, y de que los días de la emoción del descubrimiento personal de Cristo estaban empezando a declinar.