El pecado es el mismo Satanas en nuestra carne

Ahora debemos ver qué es el pecado. El pecado no consiste en malas acciones, tales como odiar o matar. Estos son actos externos. No son el pecado en sí. El pecado, según lo revela la Biblia, es Satanás mismo. Cuando el pecado entró en el hombre creado, Satanás entró en él, Podemos usar el ejemplo de un papel negro puesto dentro de un libro, El libro puede compararse con algo creado por Dios, y el papel negro introducido en el libro, con el pecado, Un día Satanás entró en el hombre, El pecado es Satanás dentro de usted. El pecado es una persona viviente, Romanos dice que el pecado puede engañarnos, matarnos (Ro.7:11), y adueñarse de nosotros, esto es, dominarnos (Ro.6:12, 14), Todas estas actividades demuestran que el pecado es una persona viviente. Esta persona es Satanás. Cuando Satanás está fuera de usted, no es el pecado. Cuando entra en usted, viene a ser el pecado. El pecado es Satanás en usted. Tenemos que comprender en qué parte de nuestro ser está Satanás. El está en nuestra carne.
Pablo dice en Romanos que él hacía lo que aborrecía (v.15). por eso dijo: “De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (v.17). Pablo usó dos veces la expresión “ya no soy yo”. En Gálatas 2:20 él dijo: “Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. En Ro.7:17 dijo: “Ya no soy yo… sino el pecado que mora en mí”. El pecado es otra persona que está en nosotros. Quizá me guste hacer algo, pero a la larga no lo hago, sino que hago lo que aborrezco. Entonces ya no soy yo quien lo hace, sino otra persona. Esta persona es mi carne. Pablo dice: "Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien" (v. 18). En mi carne no mora el bien, porque la carne está completamente poseída y controlada por Satanás como pecado.
Algunas personas no creen que exista Satanás, y no saben que este ser está en su carne. Ellos no creen que Satanás existe y no saben que mientras dicen eso, es Satanás quien está hablando en ellos. Ellos hablan por Satanás, el cual ellos no creen que exista. Satanás está en la carne del hombre.
Hemos mostrado que la carne es nuestro cuerpo corrupto. La carne también se usa refiriéndose a los seres humanos corruptos. Romanos 3:20 dice que por la ley ninguna carne puede ser justificada, La palabra carne aquí no se refiere a nuestro cuerpo contaminado, sino a nuestro ser caído, Por las obras de la carne ningún ser humano caído puede ser justificado, Significa que ninguna persona que sea carne puede ser justificada, A los ojos de Dios, todos los seres humanos son carne, Génesis 6:3 nos dice que en cierto momento el hombre se hizo carne a los ojos de Dios.
El hombre es totalmente carne porque su ser caído está bajo el dominio de la carne. Todo ser humano en la sociedad de hoy está dominado por su carne. ¿Quién lleva la gente a los casinos de Las Vegas? ¿Quién lleva la gente a los teatros? La carne lo hace, A los ojos de Dios nosotros no somos más que carne. A los ojos de Dios no somos simplemente seres; somos carne, la cual ha sido poseída, saturada y controlada por Satanás y con la cual él se ha mezclado.
Considere la sociedad de hoy. Todos los hombres son carne. Externamente los hombres se conducen como caballeros, pero internamente son carne. El esposo es carne; la esposa es carne; el muchacho es carne; la muchacha es carne; el caballero es carne, el ejecutivo es carne, el que hace la limpieza es carne. Todos son carne porque todos están bajo el dominio de Satanás y han sido corrompidos por él.
Todos tenemos que darnos cuenta que Satanás como pecado está en la carne y de que el pecado es Satanás en el hombre. En esta carne también está la muerte. La muerte se define como debilidad. Estamos muertos cuando somos debilitados al máximo. La muerte es la debilidad. Muchas veces tratamos de hacer el bien; queremos ser personas santas. Pero cuando tratamos de hacer el bien, fracasamos. Algunos de los jóvenes que viven en una casa de hermanos tal vez piensen que el Señor desea que ellos aprendan a ser pacientes. Ellos están dispuestos a aprender la lección de la paciencia. Pero en realidad ellos están propensos a perder su paciencia. Pablo dice: "El querer está en mí, pero no el hacerlo" (Ro.7:18). Esto es debilidad, y la debilidad es muerte.
Aun en cosas espirituales hay muerte. Sabemos que todos los miembros del Cuerpo deben funcionar. Quizá antes de venir a la reunión de la iglesia estemos dispuestos a funcionar. Pero hallamos que el querer está presente, mas no el hacerlo. Cuando llegamos a la reunión sentimos la debilidad. Esta debilidad es muerte. La muerte obra y nos afecta día tras día.
Los seres humanos hoy no viven. En realidad todos ellos están en el proceso de morir. Con el tiempo todos los seres humanos mueren. Debemos comprender que todas las personas están muriendo porque la muerte opera en todas y cada una de ellas. La muerte obra específicamente en nuestra carne. Si perdemos el control y nos airamos por un minuto, esto tal vez nos deje muertos por tres días. No podemos orar ni tener avivamiento matutino ni leer la Biblia, porque hemos sido amortecidos por nuestro pecado.
El pecado es otro título de Satanás. El pecado va junto con la muerte, y Satanás es el que tiene el poder de la muerte como se menciona en Hebreos 2:14. Podemos ver estas tres cosas: el pecado, la muerte y Satanás. Los tres están en la carne. La carne es el lugar donde se reúnen el pecado, la muerte y Satanás. Ellos siempre se reúnen allí, y sus reuniones son tan largas que nunca terminan. Muchos de nosotros empleamos nuestro tiempo asistiendo a las reuniones de la iglesia en el salón de reunión. Satanás también tiene un salón de reunión. El salón de reunión de Satanás es nuestra carne. Si usted quiere ver a Satanás, vaya a la carne.
Allí está Satanás. El está siempre en la carne junto con el pecado y la muerte. Necesitamos ver cuán mala es la carne. En primer lugar, la carne está en enemistad con Dios. Segundo, la carne no está sujeta a la ley de Dios; siempre se rebela contra la ley de Dios. Tercero, la carne no puede sujetarse a la ley de Dios (Ro. 8:7), pues tiene una naturaleza que no puede sujetarse a Dios. Por consiguiente, no debemos tratar de hacer el bien con nuestra carne, debido a que ella no se sujeta a la ley de Dios. Cuarto, la carne nunca puede agradar a Dios (Ro.8: 8).
Ahora bien, podemos preguntarnos: "¿Qué haremos con la carne?" Según Gálatas, tenemos que crucificarla (Gá.5:24). Pablo nos dice en Romanos que primero debemos comprender que existe la carne. Hoy día tenemos la carne, la cual es nuestro cuerpo transmutado, contaminado y corrompido por dentro. La carne está llena de Satanás, el pecado y la muerte. La carne, Satanás, el pecado y la muerte son uno solo. No debemos pensar que tenemos algo bueno, o que tenemos alguna posibilidad de ser buenos. Debemos ser iluminados para ver que nuestra carne es una cosa detestable. Tenemos que condenarla en lugar de tratar de mejorarla. Algunos cristianos son engañados pensando que después de ser salvos, su carne será recobrada. Dios nunca recobra la carne. Nuestra carne es un caso perdido. No debemos tener ninguna esperanza positiva en cuanto a nuestra carne. Tenemos que comprender que la carne es pecado.
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