Las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías venidero

Después que Cristo resucitó de entre los muertos, se encontró con un número de discípulos en el camino de Emaús, pero no le reconocieron. Se nos dice que antes que El se diera a conocer a ellos, les habló y esto es lo que la Biblia dice acerca de aquel momento:
Luc 24:27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
En otras palabras, por el camino de Emaús, Jesús se refirió al Antiguo Testamento y les dijo muchas cosas que el Antiguo Testamento habia profetizado sobre El; cosas que El había llevado a cabo en su vida y en su muerte. Los siguientes son algunos de los pasajes del Antiguo Testamento que predecían la venida del Mesías. La palabra «Mesías» en hebreo es la misma que la palabra «Cristo» en griego; la una se usa en el Antiguo Testamento y la otra en el Nuevo.
Lo que sigue no agota estas referencias del Antiguo Testamento; sólo son algunos ejemplos de los muchos que hallamos:
Gén 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Aqui el hombre ha acabado de pecar. Dios hizo al hombre perfecto y le dio oportunidad de obedecer a Dios y demostrar su amor por El. En lugar de ello el hombre desobedeció y Dios entonces prometió a la humanidad que un Mesías vendría, Uno que ganaría la victoria, y que este Mesías sería «nacido de una mujer»
Gén 9:26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo.
El tiempo ha pasado. Estamos ahora en los días de Noé y aquí la promesa hecha en Génesis 3:15 a toda la raza humana es reducida a una porción de la misma: los pueblos semíticos. Los semitas incluyen tales razas como los sirios, babilónicos, egipcios, hebreos, árabes y otros.
Gén 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Ha pasado más tiempo nuevamente y ahora de todos los pueblos semitas la promesa del Mesías venidero es dada a un hombre: Abraham. El Salvador venidero nacería de su familia, es decir, de los judios.
Gén 49:10 No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh;
Después de Abraham vino Isaac, después Jacob, y Jacob tuvo 12 hijos. En este pasaje se nos dice de cuál de estos 12 hijos nacería el Mesías. Nacería de la tribu de Judá.
Éxo 12:46 Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo.
Entramos ahora en otra fase del cuadro que se está presentando sobre el Mesías venidero. Esto se escribió alrededor de 1.500 años antes de Cristo.
Los pasajes dados anteriormente son todavía anteriores a este tiempo. Aquí Moisés dice que cuando el Mesías vendrá habrá, entre otros, un signo: que ningún hueso suyo se romperá jamás. Obsérvese cuán cuidadosamente Jua 19: 36 dice que ningún hueso de Cristo fue quebrado, aun cuando El fue crucificado y aun cuando no sucedió lo mismo con los dos ladrones que fueron crucificados con El.
Deu 18:15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
Aún estamos a 1.500 años antes de Cristo y Moisés aquí da una línea diferente en lo que se refiere al que va a venir. Se nos dice aquí algo de su obra. Cuando El venga, será un profeta. Ahora bien, un profeta conforme a las Escrituras no es básicamente uno que predice, sino más bien uno que enseña las cosas de Dios.
2Sa 7:16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
La línea ahora se estrecha aún más. De toda la tribu de Judá, Cristo debe venir de cierta familía: esa familia es la familia real de David.
Sal 2:2 Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
La figura del Cristo venidero se ha hecho más clara: lo que El debe ser, cómo debe actuar, lo que El debe hacer, si realmente ha de ser Mesías, el Salvador del mundo. En el versículo 7 se nos dice que será más que un hombre: Dios le llamara su Hijo. Y el versículo 12 urge a cada uno a entrar en una relación personal, directa, con este Mesías.
Sal 16:9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente;
Sal 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Aquí se nos dice otra cosa acerca del Mesías: que cuando venga evidentemente morirá, pero también que su cuerpo no permanecerá en la tumba, sino que se levantará de entre los muertos.
Sal 22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Sal 22:2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo.
Sal 22:3 Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
Sal 22:4 En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los libraste.
Sal 22:5 Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
Sal 22:6 Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
Sal 22:7 Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
Sal 22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; sálvele, puesto que en él se complacía.
Sal 22:9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Sal 22:10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
Sal 22:11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.
Sal 22:12 Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
Sal 22:13 Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y rugiente.
Sal 22:14 He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas.
Sal 22:15 Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte.
Sal 22:16 Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.
Sal 22:17 Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan.
Sal 22:18 Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
He aquí una figura tremenda de la crucifixión de Cristo. Recuerden que los judíos nunca crucificaban. Apedreaban hasta la muerte. El único pueblo que llegaría a crucificar, como práctica corriente, sería el romano. Este pasaje en el Libro de los Salmos fue escrito alrededor de 1.000 años antes que Jesús viviera y muriera; sin embargo, la figura dada aquí de la muerte de Jesús podría sólo ser llevada a la práctica por una forma de muerte que no sería conocida hasta casi mil años después.
Ninguna otra forma de muerte concuerda con el cuadro que se da aquí en este Salmo del Mesías sufriente.
Sal 41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar.
Cuando este Mesías viniera, sería traicionado, y traicionado por uno que habría de estar cerca de El. Jesús fue, así, traicionado por Judas.
Sal 68:18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres,
Quízá esta referencia no es tan clara como las otras. Por lo menos no lo sería si el Nuevo Testamento mismo no echara luz sobre ella; pero lo que el Nuevo Testamento nos dice es que la figura aquí es la de Cristo, después de haber muerto sobre la cruz y resucitado de entre los muertos, y luego ascendido al cielo.
Sal 69:9 Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
Ustedes recuerdan que esto se cita de Jesús cuando limpió el templo de aquellos que lo habían transformado en un lugar de comercio.
Sal 69:21 Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.
Cuando Jesús estaba muriendo esto es exactamente lo que le sucedió.
Sal 110:1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Sal 110:2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos.
Sal 110:3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora tienes tú el rocío de tu juventud.
Sal 110:4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Moisés, 500 años antes que este Salmo 110 fuera escrito, dijo que cuando el Mesías viniera sería un profeta. Este pasaje nos dice que será algo más, será un sacerdote. Un sacerdote es muy distinto a un profeta. Un profeta habla por Dios a los hombres, un sacerdote representa a los hombres ante Dios.
Isa 7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Aquí tenemos un signo estupendo. Cuando el Mesías venga tendrá una madre humana, pero no padre humano. Nacerá de virgen, sin ayuda de varón.
Isa 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isa 9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Observen aquí los nombres con que se designa al Mesías venidero. Evidentemente, ha de ser más que un hombre; El también será Dios.
Isa 42:1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
Isa 42:2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles.
Isa 42:3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
Isa 42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
Isa 42:7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
Este Mesías, que había de nacer de una mujer, sin padre, y que sería Dios, obrará algo maravilloso: será un Siervo y este Siervo abrirá el camino no sólo para los judíos sino también para los gentiles, contra quienes los judíos habían creado un prejuicio de raza.
Isa 50:6 Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.
Aqui se nos dice algo de lo mucho que Cristo sufriría; el Nuevo Testamento dice que esto es exactamente lo que sucedió. Le pegaron, le castigaron, le hicieron de todo, no sólo para herir sino para humillar.
Isa 52:13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
Isa 52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,

Isa 52:15 así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.
Isa 53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Isa 53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Isa 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Isa 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isa 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isa 53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Isa 53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Isa 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Isa 53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Isa 53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Este a quien vemos como un sacerdote, habia de serlo en una forma muy especial. Había de ser un sacerdote que por sí mismo cargaría con nuestros pecados. Había de ser un Mesías sufriente para morir por nosotros.
Jer 31:15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.
El Nuevo Testamento dice que esto también se llevó literalmente a cabo cuando los pequeños niños de esta área geográfica fueron muertos por el rey Herodes, en el tiempo del nacimiento de Cristo, durante la tentativa de este rey de matar al Mesías venidero, que los magos (o sabios) decían había nacido.
Miq 5:2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Aquí .se nos dice exactamente la ciudad donde habría de nacer el Mesías: en la ciudad de Belén.
Zac 9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
Ahora llegamos a la tercera parte de la obra de Cristo. Moisés dijo que sería profeta, Salmos e Isaías designáronle como sacerdote, y el libro de Zacarías claramente dice que El va a ser Rey. Jesucristo llevó a cabo este pasaje, por supuesto, literalmente, cuando hizo su entrada triunfante en Jerusalén poco antes de su muerte.
Zac 11:11 Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que miraban a mí, que era palabra de Jehová.
Zac 11:12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.
Zac 11:13 Y me dijo Jehová: Echalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.
Se nos dice aquí exactamente cuánto recibiría Judas por traicionar a Cristo. Jesús cumplió cada una de estas profecías literalmente. La posibilidad de parte de hombre alguno de haber hecho todas estas cosas por sí mismo (siendo
:oda lo que la Biblia había designado) es imposible como pura coincidencia o azar.
Jesús llevó a cabo todas ellas porque El es lo que la Biblia dijo que sería. El es Dios y hombre nacido de la Virgen, el promedio por miles de años, y cuando El vino hizo que todas estas cosas se cumplieran.
y éstos son sólo unos pocos de los pasajes del Antiguo Testamento sobre los que Jesús debe haber hablado a los discípulos en el camino a Emaús. ¡Tenemos muchos más en la Biblia!